Una consultoría de seguridad alimentaria es un servicio cada vez más necesario en las empresas de este sector, ya que cada vez enfrentan retos más complejos. A la globalización, la transformación digital y el endurecimiento de las leyes y normas en materia de seguridad alimentaria, se añaden las crecientes exigencias de los clientes y la competencia brutal.
Más allá de ayudar a las empresas de la industria alimentaria a proteger la salud del consumidor y garantizar la calidad de los alimentos, una consultoría alimentaria puede aportar un punto de vista experto que contribuya a optimizar los resultados financieros de la empresa.
No importa si estás buscando la forma de remontar un momento de pérdidas económicas en la empresa, si te preparas para llegar a nuevos mercados a través de la exportación o si quieres obtener una certificación para garantizar el nivel de calidad de tu producto. Cualquiera de estas situaciones está directamente relacionada con la consultoría de seguridad y calidad alimentaria… y con los resultados de tu empresa. Te lo contamos en detalle.
5 beneficios de la consultoría de seguridad y calidad alimentaria
1. Mejorar la eficiencia
Para garantizar que se cumplen las medidas higiénicas y de calidad que garantizan la inocuidad de los alimentos, el consultor diseña, propone y ayuda a implementar planes de control de calidad en la industria alimentaria.
Esto implica revisar a fondo los procesos, establecer indicadores que permitan medir el desempeño y planificar estrategias para trabajar de forma más eficiente.
¿Y en qué consiste esa eficiencia? En optimizar los recursos, reducir costes y mejorar los procesos. Para ello, el consultor ofrecerá orientación sobre previsiones y presupuestos, control de compras, gestión de existencias y otros factores.
2. Potenciar la formación y el desarrollo del equipo
Orientar la gestión del equipo hacia el desarrollo y la formación contribuye a crear un entorno de trabajo más agradable, más productivo y competitivo. Un profesional de la asesoría alimentaria tiene un amplio conocimiento de las normas que puede resultar de mucha ayuda durante un proceso de certificación.
Existen además otras estrategias como el enfoque Lean en la gestión de equipos que ayudan a conseguir su máximo rendimiento. Aplicar estrategias de mejora continua impacta de forma positiva (y notable) en los resultados económicos de la empresa.
3. Mejorar la eficacia del marketing
Más allá de los procesos y la formación del personal, es fundamental contar con una buena estrategia de marketing.
En un mercado tan saturado como el actual ya no es suficiente con satisfacer las demandas de los consumidores y cumplir con la normativa. Cualquier empresa que quiera sobrevivir hoy en día necesita invertir recursos en desarrollar estrategias de crecimiento para atraer a nuevos clientes y fidelizar a los actuales.
La consultoría estratégica ayuda a la empresa a conseguir estos resultados de crecimiento gracias a su conocimiento y experiencia con empresas del sector.
4. Diferenciarse
Los consumidores actuales exigen sostenibilidad y trazabilidad de los productos, así como envases alimentarios sostenibles y seductores. Además, estamos cada vez más preocupados por la salud y la alimentación saludable.
Buena parte de la actividad reguladora más reciente en materia de seguridad y calidad alimentaria están en línea con estas exigencias.
Además de asumir el reto de adaptar los procesos para cumplir estas normativas, las empresas pueden ir más allá y buscar una oportunidad de diferenciación certificándose en alguna de las normas del sector.
5. Mejorar la reputación de la empresa
Obtener certificaciones de calidad es la forma más eficaz que tiene una empresa para asegurar que cumple con los estándares y sigue las mejores prácticas. Este tipo de acciones ayudan a generar confianza en los consumidores y contribuyen a mejorar la reputación de la empresa.
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