Desde hace 2 o 3 años los reatiler europeos están cada vez más interesados en que sus proveedores de productos para el hogar (detergentes, lejías, amoniacos, entre otros) estén certificados frente a la norma IFS HPC o BRC Consumer Products. Este interés creciente implica que estas industrias cada vez estén más presionados en conseguir esta certificación. Sin embargo, lo que puede parecer algo relativamente sencillo, no lo es tanto, debido principalmente a determinados aspectos generales que vamos a nombrar a continuación. Desde Redimensiona nos gustaría recalcar que estos problemas son los que más nos encontramos cuando realizamos implantaciones en este tipo de industrias, no significa que todas adolezcan de los mismos. Estos son los siguientes:
1. Antigüedad de las instalaciones
Generalmente, las industrias que se dedican a la elaboración de estos productos tienen bastante antigüedad, pudiendo llegar a plantas (y equipos) con 30, 40 o 50 años de antigüedad. Esto, a priori, no debería suponer un problema; pero esta industria no suele caracterizarse por desarrollar planes completos y profundos de mantenimiento, limpieza y calibración de equipos. Por tanto, las infraestructuras y equipos suelen estar deteriorados; con suelos que no son de fácil limpieza tanto por su material como por la cantidad de golpes y grietas que suele haber así como techos con huecos o que no están íntegros y equipos cuyo mantenimiento se ha limitado a la realización de reparaciones sin actividades de mantenimiento preventivo tan importante para el correcto funcionamiento de los mismos así como para alargar la vida útil de estos equipos.
Así mismo, la limpieza lleva siendo excesivamente superficial desde hace 30, 40 o 50 años; por tanto hay suciedad acumulada, sobre todo en determinadas zonas y recovecos que llevan años sin limpiarse. Por último, muchos de los equipos de medición y control (caudalímetros, sondas de temperatura de reactores, células de carga, entre otros) no presentan una adecuada calibración.
2. Análisis de riesgos
La norma IFS HPC exige realizar un análisis de riesgos. Este no se está realizando correctamente por el enfoque que le da la compañía. Hay muchas empresas que realizan análisis de riesgos con el enfoque ISO, que trata de analizar los riesgos para la compañía, pero no analiza los riesgos del producto hacia el consumidor.
Actualmente, la norma no exige una metodología específica de análisis; sin embargo se suele usar la metodología APPCC. Esta metodología implica ciertos conocimientos y cierta experiencia que los responsables de las empresas que los desarrollan no suelen tener. Por tanto, seguimos encontrándonos APPCC mal enfocados, desarrollados por personal que no dispone de la formación necesaria y que es incapaz de defenderlo durante la auditoria.
3. Buenas prácticas higiénicas
La implantación de las buenas prácticas higiénicas suele ser lo que más problemas da a las empresas. Esto se suele deber en que los empleados no están acostumbrados a trabajar bajo estos requisitos y llevan años sin hacerlo. Esto implica un incumplimiento sistemático de las buenas prácticas por parte del personal en la planta.
Esto se debe no solo a la poca costumbre sino a una implicación de La Dirección en la implantación de las buenas prácticas demasiado laxa y excesivamente corta en el tiempo, es decir, inicialmente apoyan esta implantación pero este apoyo se va diluyendo en el “día a día”.
Hay que tener en cuenta que el origen de la norma IFS HPC es IFS Food. Por tanto aspectos como el APPCC, el estado de las instalaciones, la higiene y el respeto a las buenas prácticas higiénicas del personal se consideran aspectos fundamentales para poder conseguir la certificación. Así mismo, hay que tener en cuenta que el nivel de exigencia no es el mismo que para la norma IFS Food, pero sí se intenta alinear con ella y por tanto está por encima a lo que el sector de la detergencia suele estar acostumbrado.
Desde Redimensiona no pretendemos desanimar a las empresas a conseguir estas certificaciones, muy al contrario, nos parece que sacar a la luz la problemática general del sector es positivo y que ayudamos a plantear las correcciones sobre los problemas más importantes antes de empezar con la implantación de la norma. De esta forma, vamos evitar situaciones desagradables durante las auditorias de certificación.
Si leyendo este artículo nos sentimos identificados, recomendamos la certificación IFS HPC Global Markets para poder desarrollar un proyecto con una implantación “paso a paso” hasta conseguir la certificación definitiva en 3 años como mucho. Esta certificación se puede plantear con nuestros clientes y si lo aceptan creemos que es la mejor opción para aquellas empresas que deban realizar inversiones y cambios profundos en la cultura y comportamiento del personal.
En Redimensiona Consulting contamos con el primer español en conseguir cualificarse para auditar IFS HPC que a su vez forma a todos los consultores especializados en IFS HPC. Con ello aseguramos un profundo conocimiento de la norma y una correcta interpretación de los requisitos. Por tanto, si consideramos que necesitamos ayuda para afrontar los cambios necesarios para conseguir la certificación IFS HPC o IFS HPC Global Markets, llámanos, te informaremos sin compromiso.